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Durante finales de la década de los cincuenta, los jóvenes de Inglaterra, que habían sido criados durante la Segunda Guerra Mundial, veían en el Rock´n roll y el cine de Estados Unidos un escape de la realidad del gris paisaje en donde vivían. Stuart Sutcliffe era un adolescente de Liverpool que se apasionaba por esa nueva música que revolucionaba al mundo. Pero dentro del joven había otra pasión: el arte plástico. ¿Tenía que optar por una sola? No. Tenía toda una vida por delante.


Nacido el 23 de junio de 1940 en Edimburgo, Escocia, Stuart y su familia se mudaron a Liverpool cuando él tenía tres años. La ciudad portuaria, situada en la desembocadura del Río Mersey, había sufrido ochenta bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.

Aunque también escribía poemas, a Stuart lo seducían las artes plásticas. A los dieciséis años el joven apuesto, delgado y con una barba al estilo de Vincent Van Gogh, ingresó a la Universidad de Arte de Liverpool.

Stuart se mudó de su casa, pero fue cambiando tanto de domicilios en Liverpool, como de compañeros de cuarto. El último fue un joven irreverente, de humor cáustico llamado John Lennon con el que el pintor había trabado amistad en la Universidad. Al departamento, ubicado en el número 3 de Gamble Terrace, solían ir muchachas que eran invitadas para ser retratadas, como primera instancia.

El arte le seguía dando beneficios a Stuart; en 1959 presentó una pintura en la exposición John Moores en la Walker Art Galery y logró venderla por sesenta libras. Lennon convenció al pintor de comprarse un bajo para que integrara su banda de rock.



Esta denominación era ambiciosa. No había ni músicos calificados, ni instrumentos decentes. Mucho menos equipo de sonido. Hasta hacía poco tiempo Lennon tocaba un tipo de música llamada Skiffle, que se interpretaba con elementos tales como tablas de lavar o un palo con una cuerda haciendo las veces de contrabajo.

Aunque no supiera tocar, el pragmático Lennon veía que la apariencia del pintor podía sumar un atractivo visual al grupo, por entonces llamado Johhny and the moondogs. Stuart ya había adaptado su imagen a la del estereotipo rockero: campera de cuero, jeans negros y jopo a lo James Dean.

La banda cambió su nombre por el de The Silver Beatles. Lennon afirmó que era de su autoria. El integrante mas joven del grupo, llamado George Harrison, sostuvo que fue Sutcliffe el que le puso el nombre en homenaje a la pandilla antagonista de la del personaje de Marlon Brando en la película El Salvaje: los Silver Beetles. El cambio de la segunda letra e por una a, viene por la palabra beat (ritmo).

Mas allá del cambio nombre, la banda era todavía era anónima, tanto para la gente, como para el precario negocio del Rock; que trataba de crearse desde la nada, imitando a los íconos estadounidenses, con figuras prefabricadas por empresarios del medio. En 1960 el grupo no logró ser elegido en una prueba para ser banda de apoyo del cantante Billy Fury. Los integrantes incluso habían cambiado sus nombres para ese trabajo (Stuart iba a tener el apellido De Stilj). Finalmente, Los Silver Beatles acompañaron a Johnny Gentle una gira por Escocia. Los dos artistas eran representados por el manager Larry Parnes, quien no volvió a llamar a los de Liverpool.

En la ciudad portuaria, la banda solía conseguir lugar para tocar en varios tugurios, donde a veces eran acompañaban a una stripper, que era el número principal. En una de esas noches Stuart fue golpeado tras un recital, algo natural en ese ámbito según reconoció Harrison. Uno de esos antros donde tocaban los Silver Beatles se llamaba Jackaranda, propiedad de Alan Williams, para quien Stuart y Lennon pintaron su sótano.



En el Jac, reemplazaron a un grupo llamado Caribbean Band que estaban tocando en la zona roja de Hamburgo, donde las bandas inglesas podían tener trabajo. Williams hizo el contacto para que los Silver Beatles tocaran en la ciudad alemana.

Stuart dejó la Universidad de arte de Liverpool. El baterista Pete Best se sumó para completar el grupo en el cual ya estaba el guitarrista Paul McCartney. En 1960 el quinteto se embarcó hacia Hamburgo, vía Holanda y con visas de estudiantes. La oportunidad de vivir del rock´n roll valía la pena. Eso ya era un éxito para los Silver Beatles, que por ese entonces consideraban sacarse el adjetivo.

Federico Pokorowski