El sábado pasado tuvo lugar en Buenos Aires una de las fiestas masivas electrónicas más importantes de Sudamerica, la South American Music Conference (más conocida como SAMC). El lugar elegido para el evento fue el club GEBA ubicado en Marcelino Freire y Dorrego, vecino del Hipódromo de Palermo. Asistieron 15 mil personas, un número mucho menor del que se pensaba, incluyendo que la fiesta tuvo varios problemas de organización que la convirtieron en la peor entre todas las realizadas. Lo único bueno fueron los artistas convocados, ya que son primera línea de los géneros que ellos transitan.
La fiesta estaba dividida en tres escenarios, el primero llamado Main Stage donde se presentaban artistas de los géneros Progressive, House y Electro como los internacionales Christian Smith, Lee Burridge, Kaskade y los nacionales Aldo Haydar, Slacker, Diego RoK y JP Sgalia. En el segundo escenario, llamado Second Stage, se presentaban artistas del género Trance, tales como John 00 Fleming, Sean Tyas, John Askew, Sophie Sugar, Jon O'Bir, Alex MORPH y los nacionales Javier Bussola, Heatbeat, Exit y Marcelo Fratini. El último era el más chico, una carpa auspiciada por la bebida energizante Speed que proporcionaba música Techno y Minimal para sus fieles seguidores.
A pesar del buen nivel de DJ's que tenia la fiesta, la falta de compromiso hacia el público fue bastante hostil. En primer lugar, y luego de dos días seguidos de lluvia, era sabido que el terreno iba a tener mucho barro. Para solventar la situación y dejar a sus clientes "satisfechos", no tuvieron mejor idea que colocar una lona que no llegaba a cubrir lo necesitado y, para colmo, filtraba el agua que estaba abajo, provocando un mayor lodazal causado por los enérgicos saltos de los jóvenes bailando. Ah! como si esto fuera poco, las puertas del lugar abrieron dos horas tarde porque todavía no estaba la habilitación del Gobierno de la Ciudad y, encima, inspectores de sonido midiendo los decibeles del sonido momentos antes de que empiece el evento.
En adición y considerada como la falta de respeto más grande, los dos escenarios principales estaban ubicados uno a espaldas del otro, sin telón o muro de por medio que separe la emanación de sonidos por parte de los dos artistas tocando en el momento. Las dos canciones se superponian provocando una bolsa de sonido sin sentido.
También hubo desorganización en la parte gastronómica del evento. Primero, no te permitian retirar de la barra las latas y/o botellas. Si alguien tenia ganas de descorchar un champagne, la única forma de hacerlo era abriendo la botella en la barra y sirviendo todo el contenido del envase en diferentes vasos para llevar al medio de la pista, sin tener lugar para apoyarlos. Aparte, para comer, hay que ser rico hoy en día en esa fiesta. Si te parece que una hamburguesa esta cara a 15 pesos, imaginate un pancho a 12 pesos! Sin olvidarnos como siempre que el agua, liquido vital para la vida humana, es cobrado 10 pesos. Una vergüenza.
Por otro lado, los artistas cumplieron muy bien su trabajo. El desempeño destacable y la energia compartida momento a momento con el público, hizo olvidar a todos de a ratos, la frustración por haber asistido a ese lugar. Los DJ's también se quejaban por el sonido, ya que cuando venia un silencio en sus temas, podian escuchar como la otra pista pisaba muy fácilmente su música. A pesar de todo, supieron entregar un espectáculo único y la gente se fue contenta y embarrada del predio, con un cocktail de emociones, felices y tristes, vacias, completas y, seguramente, cansadas.
Santiago Gralatto
Comienzo del set de John 00 Fleming - 4:30 a.m.