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Un viejo campesino boliviano se preguntaba porqué los americanos pueden usar la coca para la Coca Cola y a ellos se les prohíbe a los campesinos la cosecha para acabar con la droga. Cocalero, dirigido por el del director brasileño Alejandro Landes da una respuesta clara del conflicto de los productores de coca con respecto a la droga, el narcotráfico y el Gobierno boliviano y de Estados Unidos.

Cocalero transcurre en los últimos dos meses antes de los comicios presidenciales bolivianos, enfocado principalmente en la figura de Evo Morales: un indígena Aymara que llegó a la candidatura presidencial desde el sindicalismo.

El escenario es la región de Chaparé, una zona casi inexistente hasta la década del 80 que empezó a crecer por la exportación de coca al exterior. Bajo la orden de Washington de que el gobierno boliviano extermine los cultivos de coca, se armaron revueltas de las fuerzas armadas con los campesinos. Para ellos es el fruto de su tierra y tienen un importante arraigo cultural, ajeno al narcotráfico.

Morales hizo de el Chaparé su fortaleza. Además de Evo, el documental se centra en distintos integrantes del Partido Socialista boliviano: como Leonilda Zurita, candidata a senadora suplente, que es la que adoctrina a las bases, el candidato a vicepresidente, su vocera y su chofer.

Zurita, casi la coprotagonista, le enseña a los habitantes, que son analfabetos en su mayoría, a votar por el partido según el color de la boleta. ¿Cuál de las dos cosas es más grave el uso del clientelismo o el analfabetismo en el siglo XXI?

Morales es un candidato distinto, que aparece la mayor parte del tiempo en jeans, sweater o camisetas de fútbol. La cámara lo acompaña mientras se corta el pelo, se entrevista con empresarios o va a la anticumbre en Mar del Plata.

Los detractores de Morales tienen su espacio. Un cura de Chaparé que acusa a los indígenas de rituales bárbaros, en una entrevista tendenciosa en la que Evo debe responder porque le dijo a Hugo Chávez comandante y es increpado por algunas personas en un aeropuerto.



El individuo enervado del aeropuerto se preguntaba si un indígena, que no terminó la escuela podía ser presidente. Leonilda y su madre se preguntaban si Evo se iba a seguir vistiendo igual cuando sea presidente. El pueblo se hizo muchas preguntas. Y tal vez esa sea la respuesta de por qué ganó Evo.

Federico Pokorowski